Comunicaciones 101
Una relación fuerte—o cualquier tipo de conexión—comienza con una comunicación saludable.
Tener buenas habilidades de comunicación te permite expresar libremente tus sentimientos, necesidades y límites. Además, puedes generar confianza y acercarte más a tu(s) pareja(s). Aunque no nacemos con estas habilidades, definitivamente puedes mejorarlas con práctica.

Aprende
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Curso intensivo de comunicación
Aprender los fundamentos de una buena comunicación y desarrollar algunas habilidades básicas te ayuda a conectarte mejor con los demás y mejorar tus relaciones, especialmente si no has tenido la oportunidad de aprenderlo antes.
Tengan curiosidad y escúchense mutuamente. Hagan preguntas y presten atención; esto ayuda a que todos se sientan valorados, respetados y cómodos compartiendo abiertamente. Elijan un momento y un lugar con pocas distracciones, especialmente para temas delicados. Pon tu teléfono en modo silencioso y guárdalo. Para chats en línea, cierra otras aplicaciones y silencia las notificaciones.
Programen chequeos regulares. Esto ayudará a que tú y tu(s) pareja(s) se sientan conectados y evitará problemas. Y no tienen que ser chequeos serios—hablen de lo que los hizo reír recientemente o ideas divertidas para una cita.
Tómate tu tiempo. Si sientes que las cosas se están poniendo intensas, ve más despacio. No hay prisa por soltar todos tus sentimientos a la vez. Cada relación es diferente y va a su propio paso. Puedes empezar con conversaciones casuales y luego hablar de temas más profundos.
No esperes que los demás te lean la mente. En cualquier relación, deberías sentirte libre de expresar tu verdadero ser. Hazles saber a los demás lo que necesitas. ¡Habla! Y también considera las necesidades de tu pareja.
No tengas miedo de compartir abiertamente. Está bien y puede hacerte sentir mejor. Si normalmente te guardas las cosas, recuerda que una pareja que se preocupa por ti quiere saber cómo te sientes. Incluso si no te sientes bien—es importante que compartas tus sentimientos. Sé claro/a y directo/a al expresarte para recibir el apoyo que necesitas.
No guardes tus sentimientos. Puede parecer más fácil quedarse callado/a para evitar conflictos, pero eso puede hacerte sentir no escuchado/a y causar resentimiento. Expresa lo que te molesta y trabajen juntos para tratar de solucionarlo.
Revisa el balance de tu conversación. Presta atención a la frecuencia con la que dices “yo”, “tú” o “nosotros”. Si sientes que sólo estás hablando de ti mismo/a, cambia de tema y pregúntale a tu(s) pareja(s) sobre sus sentimientos, pensamientos y lo que está sucediendo en su vida.
Las conversaciones deben ser equilibradas—no unidireccionales. Si tu(s) pareja(s) hablan todo el tiempo y te cuesta decir algo, díselo con delicadeza. Puede que no se den cuenta de que están dominando la conversación.
Piensa en una conversación como un partido de tenis: deja que rebote de un lado a otro.
Las preguntas pueden hacer que las conversaciones fluyan y ayudar a que las personas se conozcan y comprendan mejor. Pero la forma en que preguntas importa. Las preguntas abiertas generan las respuestas más completas y detalladas.
Intercambia “¿Tuviste un buen día?” por “¿Cómo estuvo tu día?”
Ten paciencia y respeta los límites de tu pareja. Si le cuesta hablar abiertamente, ten paciencia y sigue la conversación. La confianza lleva tiempo para desarrollarse, y algunas personas pueden necesitar más tiempo para sentirse cómodas.
Recuerda hacer preguntas para evitar hacer suposiciones. Si algo no está claro, pregunta para demostrar tu interés y mejorar tu comprensión.
Demuestra que estás escuchando manteniendo el contacto visual, asintiendo con la cabeza y utilizando otras señales no verbales, como mantener una postura relajada.
Observa el lenguaje corporal de tu(s) pareja(s) para detectar pistas sobre cómo se siente(n). Si se mueven nerviosamente, evitan el contacto visual o cruzan los brazos, es posible que estén distraídos/as, incómodos/as o tensos/as.
Si notas estas señales, es una buena idea hacer una pausa y preguntar: “¿Cómo te sientes con esta conversación?” O también puedes sugerir un descanso: “¿Te quieres tomar un respiro y retomar esto más tarde?”
La comunicación no se trata sólo de hablar, también se trata de escuchar. Cuando los demás hablen, asegúrate de estar completamente presente. No interrumpas. Mostrar preocupación y comprensión hará que se sientan completamente escuchados y apoyados.
Consejos para escuchar mejor:
- Mantén el contacto visual para demostrar que estás prestando atención.
- Mantén una mente abierta e intenta ver su punto de vista.
- Reflexiona sobre cómo pudiste haber influido en la situación.
- Prepárate para admitir que pueden tener un punto válido.

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Revisa tus estilos de comunicación
Es hora de reflexionar sobre ti mismo/a. Aprende a transformar la comunicación pasiva o agresiva en una comunicación positiva y asertiva.
La comunicación pasiva ocurre cuando das pistas, esperando que los demás las capten en lugar de ser directo/a. Por ejemplo, podrías decir: “Ojalá alguien se acordara de enviarme un mensaje de texto si va a llegar tarde”, en lugar de hacer una solicitud clara. Esta vaguedad generalmente pasa desapercibida, lo que lleva a confusión, frustración y expectativas incumplidas.
La comunicación pasiva también ocurre cuando tienes miedo de herir los sentimientos de alguien. Pero recuerda: “Ser claro/a es ser amable” y “Ser vago/a es cruel”. Si decides no expresarte, recuerda que eres valioso/a y mereces ser escuchado/a. La comunicación honesta y directa ayuda a los demás a entender cómo apoyarte; no lo sabrán a menos que se lo digas.
La comunicación agresiva ocurre cuando te expresas de manera intensa, enfocándote en ganar la discusión en lugar de preocuparte por cómo se sienten los demás. Puede manifestarse como dominar las conversaciones, culpar a los demás, criticar, frustrarse fácilmente, no escuchar o interrumpir constantemente. Esto puede hacer que las personas se sientan faltadas al respeto, a la defensiva o heridas, lo que puede agregar estrés a las relaciones.
La comunicación agresiva suele usar excesivamente las frases que comienzan con “tú”, lo que puede hacer que los demás se sientan atacados y se pongan a la defensiva. Esto, a su vez, puede perjudicar la confianza y debilitar la conexión. Si te das cuenta de que usas con frecuencia el “tú”, toma un momento para reflexionar sobre el por qué. ¿Estás señalando o culpando injustamente?
La comunicación asertiva se trata de expresar claramente tus necesidades mientras respetas y escuchas a los demás. Es el balance perfecto para que tus pensamientos sean escuchados, sin cerrar a nadie ni ignorar sus opiniones. Este estilo de comunicación puede fortalecer las relaciones al reducir los conflictos y garantizar que todos se sientan vistos/as y apoyados/as, incluso en tiempos difíciles.
La comunicación asertiva suele comenzar con declaraciones que comienzan con “yo” en lugar de “tú”. Por ejemplo, decir “me siento triste cuando cancelas planes a última hora” es más constructivo que decir “siempre cancelas nuestros planes”. Esto ayuda a que entiendan cómo sus acciones te afectan sin que se sientan atacados/as y puede abrir la puerta a encontrar soluciones.
La comunicación asertiva ayuda a que tu(s) pareja(s) entiendan tus necesidades, deseos y límites. No sólo promueve la honestidad y la claridad, sino que también reduce la confusión.
A continuación, un ejemplo que muestra las diferencias entre la comunicación asertiva, agresiva y pasiva:
Situación: Tu pareja llega tarde y ambos se pierden un show que estaban emocionados de ver juntos.
- Respuesta agresiva: “¡Siempre llegas tarde y nunca piensas en nadie más que en ti!”
- Respuesta pasiva: “Está bien. No es como si realmente necesitara salir.”
- Respuesta asertiva: “Me decepciona que nos hayamos perdido el show—lo he estado esperando toda la semana. La próxima vez, elijamos un horario y un día que funcione mejor con tu agenda.”
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Piénsalo bien y planifica con anticipación
Prepárate para usar esas habilidades de comunicación asertiva al reflexionar sobre tus deseos, necesidades y sentimientos, y planificando con anticipación.
Antes de hablar con tu(s) pareja(s), reflexiona sobre tus pensamientos y sentimientos. La autorreflexión te ayudará a aclarar lo que quieres compartir o de lo que quieres hablar. Es especialmente útil para conversaciones que pueden ser un poco incómodas o difíciles. Consulta nuestra página de Sentimientos, deseos y necesidades para más consejos.
Escribir tus pensamientos y sentimientos puede despejar tu mente y ayudarte a organizar lo que quieres decir. Usa un diario o cualquier lugar que te guste tomar notas, como tu teléfono. Si escribir no es lo tuyo, entonces graba notas de voz en tu teléfono. Sólo mantenlas seguras para que nadie escuche sin tu permiso. Guarda tu diario en un lugar seguro y agrega una contraseña para bloquear las notas en tu teléfono.
Una vez que hayas ordenado tus sentimientos y necesidades, es hora de pensar en cómo iniciar la conversación con tu(s) pareja(s).
Cuando te prepares para hablar, no necesitas memorizar un guion. Mejor concéntrate en los puntos clave que quieres compartir o en las preguntas que quieres hacer. Asegúrate de que tus preguntas sean abiertas para generar conversaciones más profundas. Practica usar declaraciones en primera persona (“yo” y “nosotros”) en lugar de hablar en segunda persona (“tú” y “ustedes”). También siéntete libre de practicar lo que quieres decir en voz alta frente a un espejo o con un amigo de confianza.
¿Necesitas más ayuda? Consulta nuestros Temas para conversaciones incómodas para más ideas.
Decir sinceramente lo que quieres de la conversación puede ahorrarte dolores de cabeza a ti y a tu(s) pareja(s). Dile si sólo necesitas desahogarte, si buscas un consejo concreto o si quieres resolver un problema entre los dos. Esto ayudará a que las expectativas sean claras y a que recibas el tipo de apoyo que deseas.

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Ponte a hablar
A veces, las conversaciones pueden volverse tensas o incómodas, y eso está bien. Saber cómo manejar estas situaciones te ayudará a ti y a tu(s) pareja(s) a resolverlas o decidir si es necesario un descanso antes de continuar.
Entra a la conversación con la disposición de escuchar y respetar lo que diga(n) tu(s) pareja(s). Recuerda que las diferencias no significan que alguien tenga razón o no. Puede que no siempre estén de acuerdo en todo, pero mostrar respeto y permitir que cada uno comparta es algo que beneficia a todos.
Confía en que tu(s) pareja(s) dice(n) la verdad y tiene(n) buenas intenciones. No le añadas estrés a la situación suponiendo lo peor, a menos que te hayan dado una razón legítima para pensarlo. Así es como se genera confianza en tu(s) relación(es) y se mantienen abiertas las líneas de comunicación.
Para muchas personas, abrirse a los demás es difícil, así que aborda la conversación con paciencia y comprensión. Además, a la mayoría de nosotros no nos enseñaron a ser buenos comunicadores. La confianza y la comodidad requieren tiempo para desarrollarse.
Agradece su sinceridad. Di algo como: “Sé que no fue fácil hablar de esto. Realmente aprecio que hayas sido sincero/a; significa mucho para mí” o simplemente: “Gracias por compartir conmigo”. Reconocer sus sentimientos puede marcar una gran diferencia, especialmente si no están acostumbrados a abrirse.
También es muy importante recordar respirar antes, durante y después de las conversaciones más profundas. Esto ayuda a mantener tus emociones bajo control y tu mente alerta. Para comunicarte mejor, puedes respirar profundamente primero para centrarte.
Usa declaraciones en primera persona (“yo”): intenta decir algo como: “Me siento molesto/a cuando tú ___”, en lugar de: “Me estás haciendo enojar”. Las declaraciones en primera persona (“yo” y “nosotros”) se centran en tus sentimientos en lugar de asignar culpas.
Evita usar la palabra “pero” —ya que puede hacer que las personas se preparen para algo negativo. Si usas la palabra “pero”, termina con una nota positiva. En lugar de decir “Me gustó que me ayudaras a cocinar la cena, pero no limpiaste”, intenta decir algo como “No limpiaste después de la cena, pero realmente agradezco tu ayuda con la cocina”.
No tengas miedo de pedirle a tu(s) pareja(s) que te aclare(n) algunas cosas. Intenta decir: “Me alegro/a de que seas sincero/a sobre querer pasar más tiempo juntos. ¿Puedes explicarme qué significa para ti ‘más tiempo de calidad juntos’?”.
Si parece que tu(s) pareja(s) está(n) raro/a(s), no supongas que tiene que ver contigo. En lugar de sacar conclusiones, enfrenta la situación con curiosidad. Haz preguntas abiertas para entender. Prueba con algo como: “¿Cómo ha ido tu día? ¿Cómo te sientes?”. Dales espacio para que compartan.
Si tu(s) pareja(s) está(n) actuando de manera pasiva o agresiva, como darte el trato silencioso o lanzarte indirectas, hazle(s) saber que eso no ayuda. Anímale(s) a usar una comunicación asertiva para que ambos puedan escuchar y compartir abiertamente.
Asegúrate de escuchar a tu(s) pareja(s). Concéntrate en escuchar, no en planear lo que vas a responder; de lo contrario, podrías perderte lo que realmente están diciendo. Escuchar activamente hace que la conversación fluya mejor y les muestra que te importa. También puede ayudarte a ver las cosas desde diferentes perspectivas y, con suerte, encontrar soluciones que funcionen para todos.
Asegúrate de que todos estén en la misma página sobre lo que se está diciendo. Repetir lo que escuchas o resumirlo envía un mensaje claro de que estás escuchando y ayuda a aclarar cualquier confusión. Además, permite que la persona que habla aclare cualquier cosa en ese momento.
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Mantén la calma y sigue conversando
Domina el arte de mantener la calma cuando un conflicto se intensifica.
Es normal enojarse o ponerse a la defensiva durante una discusión. Si te estás enojando, intenta respirar profundamente unas cuantas veces o pide tomar un break para tranquilizarte antes de continuar la conversación. Puedes decir: “Esta conversación es importante para mí, pero necesito un momento para calmarme antes de continuar. ¿Te parece bien?“.
También puedes intentar:
- Contar de manera regresiva del 10 al 1.
- Cerrar los ojos y respirar profundamente.
- Pensar en lugares tranquilos o cosas que te hagan feliz.
- Pedir un break y avisarles cuando quieras continuar la conversación.
- Dar un paseo corto o una pausa para moverte.
Antes de entrar en una conversación seria, habla y define los límites con tu(s) pareja(s) si la conversación se pone tensa. Luego, establezcan algunas reglas que funcionen para ambos cuando las cosas se ponen tensas. Por ejemplo, eviten gritar y usar malas palabras—mantengan siempre el respeto y hablen por turnos.
Si tu(s) pareja(s) te interrumpe(n), se aleja(n) o te ignora(n) por completo, es importante hablar sobre ese comportamiento. Dile(s) cómo te hace sentir y pídele(s) su atención y respeto durante las conversaciones. La comunicación saludable implica que las personas se mantengan atentas y respeten las necesidades emocionales de los demás.
Los límites mantienen bajo control los momentos intensos, para que no digas ni hagas cosas de las que luego te arrepientas. Puedes ajustar estos límites a medida que tu relación crezca. Aquí tienes algunos ejemplos:
- “No le echemos la culpa a nadie y evitemos hablar con desprecio unos a otros”.
- “Si las cosas se ponen tensas, no quiero que te pongas en mi cara ni que me obligues a darte abrazos y besos”.
- “No voy a discutir con nadie que me grite”.
- “Si las cosas se ponen tensas, hagamos una pausa en la conversación antes de que alguien se vaya en silencio o furioso/a”.
Si alguien sobrepasa tus límites, recuérdaselo con calma: “Acordamos no gritar. Hablamos más tarde, cuando estemos más tranquilos/as”. Si tus límites están siendo violados repetidamente, tal vez sea momento de dar un paso atrás o buscar consejería.
No existe una comunicación perfecta y todas las relaciones tendrán que lidiar con conflictos. Como en la vida, a veces se complica. Las discusiones suelen surgir cuando no se satisfacen las necesidades de alguien. Cuando esto ocurra, intenta investigar la causa real; puede tratarse de algo más profundo, como sentirse inseguro/a o no ser respetado/a. Investigar más a fondo puede ayudar a romper el ciclo de peleas interminables que no resuelven el verdadero problema.
Maneja los conflictos con respeto, reconociendo que diferentes puntos de vista son válidos. Pero, si las acciones de alguien te hieren, pregúntate:
- ¿Es esto un incidente aislado o una costumbre?
- ¿Hay problemas o experiencias pasadas que estén afectando tus sentimientos ahora?
- ¿Qué es lo que realmente deseas de esta situación o relación?
Entra a tus conversaciones con la mentalidad de que tú y tu(s) pareja(s) están en el mismo equipo. Supón que tienen buenas intenciones, incluso cuando no estén de acuerdo, y concéntrate en resolver los problemas juntos. Una mentalidad negativa puede complicar las cosas, así que aborda cada conversación con positividad y una mentalidad enfocada en buscar soluciones.
Esto puede generar confianza, reducir los malentendidos y fortalecer la conexión. Recuerda, incluso si las cosas no salen como esperabas, respetarse y apoyarse mutuamente hará que enfrentar los futuros retos sean más fácil.
El compromiso puede salvar o hundir las relaciones. Si pueden encontrar un punto intermedio que funcione bien para todos, entonces ambos pueden sentirse satisfechos/as con el resultado. Pero, si eso no es posible, también está bien aceptar estar en desacuerdo. Respetar las opiniones de cada uno es lo que realmente importa.
También puede ser útil tener una nueva perspectiva sobre el conflicto. Pídele consejo a personas de confianza, como amigos, familiares o miembros de la comunidad, pero evita pedirles que elijan un bando. También puedes contactar a un consejero o terapista.
También recuerda: todos cometemos errores. Una disculpa sincera te ayudará a seguir adelante y fortalecerá tu conexión.
Los desacuerdos nunca deben llegar a gritos intensos o peleas físicas. La comunicación saludable se basa en el respeto y el apoyo mutuo—NO en controlar tu(s) pareja(s) ni en ser hostil.
Si las cosas se ponen difíciles o hay signos de abuso, busca ayuda y apoyo inmediatamente. Puedes comunicarte con recursos como la Línea Directa Nacional contra la Violencia Doméstica al 1-800-799-SAFE (7233) o visitar espanol.thehotline.org para recibir apoyo.
Practica
Temas para conversaciones incómodas
¿Estás evitando la conversación? Ya sea que te falten las palabras o solo necesites algo para romper el hielo, nuestros guiones pueden ayudarte a manejar la situación incómoda.
¡Hey! Bienvenido/a a casa. Espero que tengas hambre. La cena ya viene en camino.
Ah…gracias.
Espero que no te moleste que te haya pedido lo de siempre.
Está bien.
No te veo muy entusiasmado/a…
Perdón. No es por ti ni por la comida.
Oye, sólo quería saber cómo estás… En serio, ¿cómo te sientes? ¿Qué tal tu día?
Estoy extenuado/a. El trabajo estuvo como que demasiado hoy.
¿Quieres desahogarte o prefieres soluciones?
Honestamente, creo que por ahora sólo quiero un poco de arroz frito y un abrazo.
Te entiendo. Déjame saber si en algún momento quieres hablar más. Ya sabes que siempre estoy aquí para escucharte. Ahora, sobre ese abrazo…
¿A quién le estás texteando?
A mis amigos.
Interesante…parece que siempre estás texteando a otras personas, pero nunca me devuelves los textos.
¿Qué dices? Te texteo todos los días.
Ok, pero te tardas una eternidad en responder. A veces varias horas o hasta el día entero.
Pero no me gusta estar pegado/a al teléfono todo el tiempo y que me presionen para responder de inmediato. Además, mi trabajo es súper ocupado de 9 a 5, y me metería en problemas si estoy mucho en el teléfono.
Sé que estás ocupado/a, pero cuando no contestas, me siento ignorado/a o como si no te importara.
Eso definitivamente no es cierto. Me gustas muchísimo y me gusta lo que tenemos. Creo que simplemente tenemos estilos de comunicación diferentes. ¿Tal vez podemos encontrar una solución que funcione para los dos?
Me parece justo. ¿Qué tal si dejo de ponerte presión y me llamas o envías un texto cuando salgas del trabajo?
¡Me parece bien! Me alegro de que hayamos hablado de esto. ¿Quieres ir a comer algo ahora?
Juega
¿Alguien te super encanta o simplemente quieres romper el hielo? ¡Juega Tawk _____ To Me o Match My _____! Conviértete en un experto en transformar temas incómodos en conversaciones jugosas con siete barajas de cartas llenas de preguntas que van de lo dulce hasta lo picante.
Explora a fondo
El conocimiento es poder… ¡incluso si el tema es muy incómodo! Lee sobre cómo poner en práctica estas habilidades en la vida real.
- JoinOneLove.org: 5 Easy Ways to Communicate Better in Your Relationship (en inglés)
- Marriage.com: How to Open Up Emotionally in a Relationship: 9 Effective Ways (en inglés)
- National Coalition for Sexual Health: Five Action Steps to Good Sexual Health (en inglés)
- Planned Parenthood: Todo sobre la comunicación
- Power to Decide: Communication is Key! (en inglés)
- Cleveland Clinic: 7 Ways to Improve Your Active Listening Skills (en inglés)
- Harvard Business Review: How to Become a Better Listener (en inglés)
- PositivePsychology.com: 5 Techniques on How to Read Nonverbal Communication Cues (en inglés)
- Power to Decide: What a Healthy Relationship Looks Like (en inglés)
- PsychCentral: Become a Better Listener: Active Listening (en inglés)